Hola. Mucho más que un saludo.

Estoy seguro que todas aquellas personas que han practicado ciclismo, sobre todo si lo han hecho por carretera, han vivido esa situación de cruzarse con otr@ ciclista por el camino y recibir alguna expresión de esas que muestran un ¿simple? Saludo.

Hace ya más de 5 años, tuve la enorme suerte de realizar un curso de director deportivo de ciclismo que impartía Mikel Zabala, entre otros profesores. Ese curso tenía una parte de prácticas, que consistía en distintas salidas en bicicleta, para aprender las variadas disciplinas del ciclismo, desde la pista al trial, pasando por el btt, el descenso, los relevos en contrarreloj por equipos, etc.

Curso monitor ciclismo

Foto del curso de monitor de ciclismo

Sin duda, todo lo aprendido en ese curso me sirvió para mejorar personalmente mis entrenamientos y para comprender mucho mejor este deporte que tanto me aporta en el ámbito personal. Pero, sobre todo no puedo dejar de recordar unas palabras que el propio Mikel nos soltó en una de las primeras salidas que tuvimos, invitándonos a saludar, a mantener los valores del deporte y respetar a quienes nos encontramos por carretera, pistas y senderos, si queremos que también nuestro deporte sea respetado.

No hay amante de la bicicleta que no haya recibido un saludo de otro ciclista al estar practicando su deporte favorito en cualquier ruta larga. Eso es algo que aprendí en mis primeras salidas por carretera, hace ya bastantes años. Un simple saludo a las y los ciclistas que nos cruzamos representa mucho más que la acción de tener un encuentro, es un acto de complicidad, de seguridad y de apoyo entre colegas.

Al saludar a esa otra persona le estamos transmitiendo que estamos ahí, por si algún día necesita de nosotros, le decimos que puede contar con nuestra ayuda, si tiene un percance, le estamos invitando a saber que aunque en su entrenamiento estén ella/él y su bicicleta, en la carretera no está sol@, somos muchas más personas las que disfrutamos este deporte y las que estaremos para ayudarle.

Hola mucho más que un saludo

Recientemente en una de esas salidas que tengo la suerte de hacer con Eli, para recorrer distintos senderos en mountain bike, nos cruzamos con una par de ciclistas, yo no mostré mucho interés, simplemente alcé la vista y con un pequeño gesto de cabeza y un simple “buenas” me limité a saludar, pero Eli se dio cuenta de algo más y no dudó en decírmelo: “ha pinchado”. Miré hacia atrás y no aprecié el pinchazo, Elisa insistía, así que di la vuelta en el camino y aceleré el ritmo para alcanzarlos. Llegando a su altura, les pregunté si habían pinchado, sobraba la pregunta, porque el simple hecho de acercarme, me hizo ver cuanta razón llevaba Eli y la suerte de que se fijara en ese percance.

Les ofrecí los parches, que normalmente llevo cada vez que salimos de ruta, aunque después caí en la cuenta de que siempre llevo una cámara encima para posibles problemas que puedan surgir, así que les dije que sería más rápido y mejor que cambiaran la cámara. No paraban de agradecernos que les dejáramos la cámara e insistían en devolvernos el favor, comprando otra cámara y dejándola en algún punto donde pudiera recogerla. Ni que decir tiene que no es la filosofía que sigo en mi vida, ni en la práctica del deporte que tanto aprecio. Así que no se trataba de rechazar esa oferta, sino simplemente de hacer ver que si paramos, si ofrecemos ayuda no es esperando la devolución de esta, sino solo pensando que en cualquier otra ocasión, habrá otras muchas personas dispuestas a parar su entrenamiento para dedicar su tiempo y ayuda a quienes sufren un percance por los caminos y carreteras que transitamos.

Si vemos a una o varias personas paradas en el arcén, arreglando su bici o simplemente paradas, nuestro saludo o la simple pregunta para ofrecer ayuda,; si fuese necesaria, puede aportar un gran alivio cuando por error o despiste, no tenemos las herramientas o habilidades necesarias para poder arreglar nuestro problema y seguir disfrutando nuestro día de bici.

De ahí la increíble magia que nos brinda un simple saludo: saber que si un día tienes un percance habrá alguien que no dudará en frenar su entrenamiento, pasar despacio a tu lado, parar junto a tu bici y preguntar: ¿Todo va bien? ¿Puedo ayudar?. Porque en la carretera, a quienes más indefens@s estamos practicando el deporte que amamos, siempre nos hará falta cierta complicidad y compañerismo para evitar que un simple percance se convierta en una pesadilla.

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